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lunes, 17 de mayo de 2010

El éxito de una manifestación

El 17 de diciembre, 20.000 burgaleses se manifestaron a cinco grados bajo cero detrás de una pancarta que decía: “Por la Oncología”. La respuesta fue el silencio. Y el desprecio. El 29 de abril, otros 20.000 recorrieron las calles de Burgos detrás de otra pancarta que decía: “Por un hospital público de calidad”. Ahora la respuesta ha mantenido el desprecio, pero no el silencio, que ha sido sustituido por ruido y confusión.

Así lo demuestra una especie de contramanifestación que, este fin de semana último, se celebró en un hotel en la que ninguno de los prohombres provinciales, regionales o nacionales del PP que intervinieron dejaron de maldecir o insultar a los manifestantes. “Ladran, luego cabalgamos”, “que los burgaleses no se dejen engañar”, “están siendo manipulados por el PSOE”... y así indefinidamente. Los que allí se reunieron, y algunos colaboradores mediáticos que nunca les faltan, se cebaron especialmente con el PSOE al que reprocharon falsedad, mentira, demagogia, politización y partidismo.

Esta manera de actuar supone una falta de respeto a la ciudadanía incalificable y es un alarde de desprecio implacable a los derechos más elementales. Debería el PP pedir perdón a las organizaciones convocantes y a todos los manifestantes por haberles considerado tan insensatos como para haberse dejado manipular e instrumentalizar por un partido tan oportunista e incapacitado como el PSOE.

Tenemos derecho a saber lo que hacen o van a hacer nuestros gobernantes con nuestro dinero, tanto más si se trata de un servicio tan básico como el de la sanidad. En concreto, ¿cuándo, cómo y a qué coste va a inaugurarse el nuevo hospital? Porque hasta hoy, no sabemos nada de nada. Ni los ciudadanos en general, ni los profesionales sanitarios, ni las organizaciones sociales, ni los partidos políticos, ni el PSOE. Todos estamos reclamando información porque nadie, ni siquiera un tal Herrera, nos proporciona ninguna. Ni siquiera en el Parlamento de la región. ¿Por qué el PP impidió el debate en el Pleno de una proposición socialista al respecto? ¿Por qué no sabemos todavía cuándo comparecerá el consejero en la Comisión correspondiente? ¿Por qué la Junta no responde a las preguntas que la oposición le viene haciendo?

Terminaré con una observación sobre la “politización de la sanidad”. El servicio de la Salud es el más importante de los servicios públicos y, por lo tanto, es un asunto político de primer orden. Su gestión es responsabilidad de los políticos. Nadie puede politizar lo que ya es político. Política fue la decisión de la Junta por la que decidió la construcción de un nuevo hospital en Burgos a través de un sistema que cede la responsabilidad máxima de la gestión, por treinta años, a empresas privadas.

Fue una decisión tan política como la respuesta de quienes la rechazamos. Además, por lo que parece, les resulta inexplicable. Por algo será. ¿Qué pasaría si en vez de respondernos con reproches y descalificaciones nos informaran de algo?

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