Pages

viernes, 18 de noviembre de 2011

El empleo y el paro, según la EPA

Puede que sea inevitable que las campañas electorales tiendan a la ocultación de los datos reales que no interesan y a un mayor grado de simplificación del razonamiento político que el habitual. Pero nunca deberían concentrarse en la falsificación sistemática de los hechos y, mucho menos, en hacer de esta falsificación el contenido nuclear de sus mensajes.
No es el PSOE, en esta ocasión, quien puede ser reprochado por este motivo. Ya tiene bastante con defenderse. Todos los medios de comunicación de la derecha, no precisamente escasos, y todos sus portavoces cuentan, y no paran, del número infinito y de la gravedad inconmensurable de los males atribuibles al PSOE en los últimos siete años y medio. Si fuera cierto lo que dicen, el PSOE sería responsable no sólo de casi todos los desastres de la tierra, sino también de la mayoría de los tormentos del infierno.
Me referiré a dos de las falsificaciones más extendidas. Las dos suelen presentarse como evidentes e indiscutibles verdades. Como dogmas de fe. Parecerían ignorar sus predicadores que los dogmas o son indemostrables o se puede probar que son falsos.
La primera de ellas viene a decir que la responsabilidad de todos los problemas de los españoles (la crisis, el paro, la deuda, el déficit…) es del Gobierno de España desde que su presidente es José Luis Rodríguez Zapatero. Encontrado el chivo expiatorio, quedarían absueltos todos los demás intervinientes: ni los bancos americanos, ni el sistema financiero internacional o español, ni la burbuja inmobiliaria nacional ni la inoperatividad de la Unión Europea tendrían nada que ver con lo sucedido. Siguiendo por este camino, podríamos llegar a la conclusión de que los problemas de Grecia, Portugal, Irlanda, Italia, Francia, Inglaterra o incluso Estados Unidos también han sido provocados por Zapatero. ¿Se puede disparatar tanto mientras se está convencido de tener razón? Cuanto más absurdo, más se lo creen.
La segunda es más concreta. Puede resumirse en que el balance del Gobierno consiste en cinco millones de parados, es decir, cinco millones de puestos de trabajo desaparecidos gracias a su gestión.
Habría que decir en primer lugar que los 2,3 millones de parados que había cuando Aznar dejó el Gobierno no pueden recaer en modo alguno en el haber del Gobierno siguiente sin incurrir en una felonía descomunal. Y más todavía: los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) también demuestran que hay casi medio millón de empleos más de los que se han destruido en este periodo. A pesar de la crisis y a pesar de todo. A pesar de que desde 2008 se hayan perdido dos millones de empleos sólo en el sector de la construcción. Concluyendo: si es verdad que hay casi cinco millones de parados, también es verdad que hay 450.000 empleados más que en los mejores tiempos de Aznar.

0 comentarios:

Publicar un comentario